sábado, 4 de marzo de 2017

Un mundo por descubrir

Acuarela de Antonio Pulido Pastor


Una forma amena de estudiar ciencias naturales es salir al monte y trabajar sobre el terreno. Todo agente especial del Comando Lobo lleva un cuaderno de campo. ¡Faltaría más! Así que este cuaderno puede dar pie a explicar dibujo y buena parte del temario de ciencias.
He sugerido lo que suele anotarse en este tipo de cuadernos, pero a los alumnos de primaria no debe exigírseles que cumplimenten todos los apartados, solo lo que sepan. Aquello que no pueden abarcar, con frecuencia, lo rechazan porque les hace sentir incompetentes, y no es ese el objetivo sino lo contrario. Adaptadlo como consideréis más adecuado.
Cada maestro debería personalizar el relato con parajes próximos a su zona y flora y fauna autóctona. No es imprescindible salir al campo, en la ciudad también encontrarán aves, insectos, árboles y otras plantas.
Sería estupendo que se regalara un cuaderno a cada alumno y que se trajeran algunas fotos de animales y plantas para que lo estrenen. Solo con que se aficionaran a recortar imágenes de revistas y periódicos y a poner su nombre ya aprenderían mucho.
He enviado una caja con distinto material y tres cartas dirigidas a los niños solicitando su colaboración, podéis verlas en esta entrada: Estrenando el cuaderno de campo
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Cabo de Gata - Almería

UN MUNDO POR DESCUBRIR
El viernes no fue un día como los demás, al llegar a clase los alumnos encontraron una caja de madera sobre el escritorio de la maestra. Curiosos se arremolinaron alrededor.
—Señorita, ¿qué hay en esa caja? —preguntó JULIA.
—Es un regalo. Os lo envía María, la escritora de las historietas del Comando Lobo. Y yo, también, tengo una sorpresa para vosotros —añadió Cristina. Todos estaban atentos, todos la miraban, todos escuchaban: ¡Un regalo y una sorpresa! ¡Qué bien!
—Pero, seño, no nos hagas sufrir más y abre ya la caja —suplicó ÁLEX.
— ¿Y las palabras mágicas?
—Por favor, por favor, por favor…. —dijeron al instante.
Cristina se dispuso a cortar el precinto de la caja con mucho teatro. Los niños se asomaron expectantes.
— ¡Bah! Son libretas —exclamó  IKER desilusionado.

—Sí, son libretas, pero ¿es que no os habéis dado cuenta de que estas son diferentes?, son libretas excursionistas. Os he dicho que tenía una sorpresa, ¿no? — Los chicos volvieron a mirarla con interés—. Ya sabéis que los agentes del Comando Lobo son especiales porque saben mucho sobre la naturaleza, y siempre llevan un cuaderno de campo donde apuntan los animales y las plantas interesantes que se encuentran. ¿Dónde están vuestros cuadernos de campo?
 Los alumnos se quedaron desconcertados.
—No tenemos —se lamentó BLANCA contrariada.
— ¿Y, entonces, cómo vais a ser agentes especiales del Comando Lobo? ¿Dónde anotáis las cosas importantes de vuestras investigaciones?
—Podemos escribirlo en un folio —sugirió ALBERTO.
—Sí, aunque es mejor no tener hojas sueltas, por eso María os ha regalado estos cuadernos, y mañana nos iremos de excursión con Antonio para estrenarlos.
— ¡Anda, qué bien! Ya me gustan más esas libretas excursionistas—afirmó ELENA  con una sonrisa de oreja a oreja.
—Que cada uno coja una y le ponga su nombre. Si queréis, podéis pegar la fotografía de un animal o de una planta en la tapa para decorarla.
— ¿Puede ser un dibujo? —quiso saber AMIR.
—Claro, mejor todavía. 

Acuarela del rabilargo: Antonio Pulido
— ¿Cómo se hace un cuaderno de campo? —preguntó CÉSAR.
—Es un poco difícil porque debéis ser buenos observadores, como… un espía —Cristina calló unos segundos para darle cierto misterio al asunto, luego susurró—: y estar en silencio, en modo ninja. Cuando salgáis al campo, y encontréis algo desconocido que os llame la atención, tenéis que hacer un dibujo rápido y apuntar cómo es, dónde estaba, qué hacía… 
— ¿Y si es un pájaro y se va volando antes de que podamos dibujarlo? —preguntó LAURA.
—Aunque eso suceda a veces, no importa; otras muchas recogerás alguna información. Luego, en casa, se completa buscando en los libros y por Internet.
—A ver —dijo NORA abriendo su cuaderno—. Entonces, ¿cuántas cosas ponemos?
—Decídmelo, vosotros. Si encontráis un caracol y queréis aprender mucho sobre él, ¿qué pondríais?
—Lo primero, su nombre. Luego haría un dibujo, como el caracol no vuela, seguro que me da tiempo —explicó JAIME.
— ¿Y si fuera un caracol con motor turbo y se largara corriendo? —bromeó SUSI.

— ¡Ja! Pues lo perseguiría y lo alcanzaría porque yo también tengo turbo en mis piernas, ¿es que no me has visto correr cuando jugamos a fútbol? —respondió JAIME muy seguro de sí mismo.
— ¿Qué más se os ocurre? —preguntó la maestra—. Que cada uno apunte en la pizarra lo que considere interesante.
Como todos tenían ideas, en unos minutos la pizarra estaba llena de datos a recoger. Después de ordenarlos un poco a modo de ficha, los niños los copiaron en la primera hoja para así tenerla siempre a mano.
DIBUJO O FOTOGRAFÍA
       NOMBRE COMÚN
       Nombre científico de la especie. Clasificación.
   Características. Describe cómo es: colores, medidas, peso. Dimorfismo sexual: hembras y machos presentan colores o tamaños distintos. 
     Si son vegetales: tipo de hoja, de copa, flor y fecha de floración, fruto y fecha de fructificación.
       Sexo. Si es adulto o joven. Cuántos años viven.
       La fecha, hora y lugar de cada observación.
       Climatología: soleado, lluvioso, viento…
       Anota qué está haciendo. Si está solo o en grupo.
       Describe el ecosistema donde lo has encontrado: plantas y animales. Distribución geográfica, en qué otros lugares del mundo se encuentra.
       De qué se alimenta. Cómo caza.
       Cuáles son sus depredadores.
       Peligros a los que se enfrenta ¿Está en peligro de extinción? Autóctono o alóctono.
       Reproducción. Época de cría y número.
       Tipo de nido o refugio
       Señales para rastrearlo: huellas, excrementos, egagrópilas, restos de alimentos…
       Cualquier otra información interesante.
       Puedes utilizar símbolos para no tener que escribir tanto.
    En la última hoja, se puede anotar el significado de palabras especiales como: dimorfismo, autóctona, alóctona, endemismo, hábitat, egagrópilas, etc.



—Es una lista muy larga —reconoció YASSMIN algo agobiada—, y ¿si algo no lo sabemos?
—No pasa nada. Lo importante no es lo que falta sino lo que descubras cada vez, porque seguro que siempre aprenderás algo nuevo. Investigando y observando, con el tiempo, sabrás mucho más de lo que sabes hoy.

Cabo de Gata - Almería
Al día siguiente, Cristina, Antonio y los niños se fueron de excursión a la Reserva Natural del Cabo de Gata. Todos llevaban en su mochila el cuaderno de campo y estaban ansiosos por empezarlo. Bajaron del autobús más que dispuestos a trabajar.
—Acordaos de ir despacito para no asustar a los animales y en silencio, ya sabéis: en modo ninja o en modo espía —les recomendó Cristina—. Por favor, no arranquéis ninguna planta ni rompáis nada y, sobre todo, no tiréis basura.
—Eso no hace falta decirlo, ni se nos pasa por la cabeza tirar papeles y latas —protestó NORA—. ¿Nos vamos ya? Estoy impaciente.
— ¡Hay un mundo por descubrir! ¡Adelante, Comando Lobo! —les animó Cristina.

Cabo de Gata - Almería
Pronto se desperdigaron por aquel paraje donde la escasez de agua solo permitía la existencia de una vegetación de sabana y matorral. No tardaron mucho en darse cuenta de que, entre las pocas plantas existentes, había algunas desconocidas.
— ¿Cómo se llama esta flor, Antonio? —preguntó TAREK—. Nunca la había visto.
—Déjame ver…, ah sí, es el dragoncillo de Cabo de Gata, un endemismo.


By Nanosanchez - Own work, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=23671115
 — ¿Ya estás hablando en ruso? ¿Qué es eso de «endemás» o «ensimismo» o no sé qué has dicho? —dijo AURORA.
—Ja, ja, ja —se reía Antonio—. Con que ruso, ¿eh? Endemismo significa que esta planta no existe de forma natural en ninguna otra parte del mundo. No todas las plantas son capaces de vivir aquí, es un lugar difícil, con mucho viento y poca lluvia, solo tienen la poquita agua de las nieblas, el rocío y la brisa marina.
Los niños miraron con respeto a aquella planta tan exclusiva.
—Ya que es una planta tan valiente y tan bonita, voy a apuntarla en mi cuaderno de campo. Será la primera —decidió DAVID.
Se sentaron en corro y empezaron a dibujarla. Estaban calladitos, muy aplicados con sus lápices y sus colores. Antonio les iba contando que crece en pequeñas grietas entre las rocas y su estado de conservación es: vulnerable. Lo que significa que está amenazada y es necesario reservar zonas donde esté protegida.
—Deberíamos medirla para saber su altura —sugirió DALILA sacando una regla de su mochila—. Apuntad: 32cm de alto.
De pronto, JULIO se quedó más quieto que una piedra petrificada, con un dedo sobre los labios pidió silencio a sus compañeros y, muy lentamente, les hizo un gesto para que no se movieran.
—Mirad qué lagartija tan gorda ha aparecido allá —susurró señalando en dirección a una roca. Los demás se giraron lentamente y miraron hacia donde les indicaba.

Lagarto ocelado
—No es una lagartija —aclaró Cristina—. Es un lagarto ocelado.
—Wau… es muy bonito con ese color verde y esos puntitos azules —comentó SUSANA.
El reptil se movió nervioso, los chicos pensaban que lo habían asustado, pero no era así. De forma inesperada salió otro lagarto de debajo de la roca y, en cuanto se vieron, se enzarzaron en una lucha tremenda a saltos y a mordiscos. Los niños observaban sorprendidos aquella batalla tan fiera.
—A un lagarto le falta parte de la cola —dijo CAROLINA tan observadora como siempre.
—No te preocupes los lagartos y las lagartijas sueltan la cola si los atrapa un enemigo, luego les vuelve a crecer poco a poco —les explicó Antonio mientras los lagartos ocelados se enroscaban y desenroscaban y volvían a atacarse y rodaban entre los pedruscos sin hacerles ni caso.

Los lagartos ocelados son muy territoriales

— ¿Por qué se pelean? —preguntó IVÁN.
—Los animales defienden su territorio y expulsan a los demás cuando no hay bastante comida o lugares adecuados para refugiarse o anidar. También se enfrentan por las hembras.
— ¡Ya! El más fuerte se lleva a la chica, ¿no? —dedujo LAIA.
—El más fuerte y el más guapo. Seguro que las hembras se fijan en qué macho tiene los colores más brillantes porque eso significa que está sano y será un buen padre y, por lo tanto, tendrá también hijos sanos y fuertes.

Foto de Miguel Alonso http://mundoanimalylanaturaleza.blogspot.com.es/search/label/lagarto%20ocelado%20%28timon%20lepidus%29
 — ¿De dónde salen los hijos lagartitos? —preguntó ISABELLA.
—Buena pregunta. Los lagartos son reptiles y ponen huevos; los ocelados, entre seis y veintitrés. Al cabo de dos meses, los lagartitos rompen la cáscara, salen y ya se van por ahí ellos solos a cazar insectos.
— ¡Aaah! —gritó, de repente, ERICK  poniéndose en pie y sacudiendo el brazo.
— ¿Qué te pasa? —Cristina se acercó inmediatamente para socorrerlo, sin embargo, el niño no contestaba solo intentaba quitarse la camiseta. La señorita insistió—: ¿Quieres decirme qué te pasa?
—Que me hace cosquillas —explicó, y ahora, los demás compañeros lo miraban extrañados intentando adivinar quién le hacía cosquillas porque no veían a nadie.
—A ver, ERICK, cuéntanos por qué tienes cosquillas —le pidió Cristina con infinita paciencia. Mientras tanto, el niño se había quitado la camiseta.

— ¡Uf, ya está! —Suspiró ERICK con alivio—. Una lagartija se había escondido dentro de mi estuche y, cuando he ido a guardar el lápiz, se ha asustado y ha salido disparada como una loca y, sin mirar por dónde iba, se ha subido por mi mano, ha echado a correr por el brazo para arriba y se ha metido por la manga de la camiseta —contó de un tirón, luego respiró y añadió—: No paraba de moverse buscando la salida y me estaba haciendo muchas cosquillas, por eso me he quitado la camiseta.
Todos los ojos se concentraron en la camiseta.
—Me parece que todavía está ahí porque se mueve un poco —observaron AMIR y ELENA.
Con mucho cuidado, Cristina levantó la tela y cogió al pequeño reptil.
—Es una lagartija colirroja. Fijaos bien en la forma y los colores porque la soltaremos enseguida para no hacerla sufrir.

Cómo dibujar una lagartija paso a paso
—Entonces, deja que la mida. A ver, no seas traviesa, ¿te puedes estar quieta un momento? —le dijo JULIO que ya estaba preparado con la regla—.  Apuntad: 20cm.
—Hazle una foto, así podremos dibujarla y colorearla después con tranquilidad —le pidió Cristina a Antonio. Abrió la mano lentamente y le sacaron unas cuantas fotografías.
— ¿Por qué ahora no se mueve? Oye, ¿no serás una lagarta de esas presumidas a las que les gusta posar y salir en las fotos? —le preguntó LAURA en broma; entonces, el animalito levantó la cabeza y la miró—. Fijaos qué chulita es, ya os digo yo que está posando. Se piensa que es una artista.

By Mike Prince from Bangalore, India - File:Dupont's Lark, Morocco 1.jpg, CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=47163671
Un silbido aflautado les llamó la atención.
— ¿De dónde viene ese sonido? ¿Lo oís? —preguntó ISABELLA. Se callaron y  permanecieron muy quietos escuchando, al cabo de poco, otra vez aquel silbido tan raro. Miraron en la dirección de donde provenía.
— ¡Ahí, debajo de la mata de tomillo se ha metido un pajarito de color pardo! —exclamó IVÁN que siempre descubre cosas que los demás no han visto.
—Ya lo veo, es una alondra ricotí también se llama alondra de Dupont. —La identificó Antonio—. Quedan muy poquitas.
 — ¡Hala, otra para el cuaderno de campo! —dijo SOFÍA pasando hoja y empezó a dibujarla. La alondra correteaba bajo las aulagas y los espartos. De vez en cuando se detenía y silbaba.

Javier Blasco Zumeta Alondra de Dupont
— Tiene el pico curvado hacia abajo —observó  LAIA   —. ¿Este pájaro no vuela?
—Sí que vuela, pero la alondra es muy andarina y prefiere buscar insectos entre los arbustos y meterse bajo ellos para esconderse de sus enemigos. Incluso prepara su nido en el suelo, bajo una mata, con hojas, ramitas y plumas.
— ¿Y cuántos huevos pone? —preguntó CAROLINA muy aficionada ella a recoger todo tipo de datos en los reportajes de los lugares que visita.
—Espera que lo busque, no me lo sé de memoria —dijo Antonio mientras abría su guía de aves—. Apunta en el cuaderno: Pone entre dos y cinco huevos de color blanco con motitas rojas. Hacen dos puestas entre febrero y julio.
— Con motitas rojas…, serán unos huevos muy bonitos ¿Buscamos su nido para verlos? —propuso DALILA muy decidida.
—No, no, no es una buena idea —les advirtió Cristina—. No molestéis nunca a los animales cuando están criando porque los padres pueden asustarse y abandonarlos. Las crías se morirían sin nadie que las alimente y les enseñe a cazar.


— ¡Señorita! —gritó JAIME desde unos metros más allá—, mira qué flores tan preciosas he encontrado. ¿Cómo se llaman? —Quiso saber porque es un gran aficionado a las plantas.
—Es el azafrán de Cabo de Gata. Esta planta también está en peligro y es una pena porque de ella se obtienen medicamentos —explicó Cristina. Los chicos miraron con respeto a aquella planta curativa y también la ficharon.

Cuaderno de campo de Antonio Pulido
Estaban dibujando tan aplicados, calladitos y tranquilos cuando una avecilla aterrizó sobre un azufaifo cercano. DAVID se dio cuenta.
—Ese pajarito nos está espiando —musitó para no espantarlo—. ¿Alguien sabe qué es?
—Este me lo sé yo —respondió VÍCTOR que es el experto en ornitología—: Un petirrojo.
El pájaro aleteó, movió la cola, atrapó un mosquito de un salto, miró otra vez a los niños con curiosidad y voló hasta unos metros de SUSANA. Ella se quedó inmóvil.

Cuaderno de campo de Antonio Pulido
—Tch-tch-tch —la llamó el petirrojo y luego le dedicó unos trinos la mar de melodiosos y bonitos.
—Me parece que este petirrojo quiere ser nuestro amigo —afirmó SUSANA en voz baja y el pajarito volvió a trinar—. ¿A que canta bien?
—Uno más para el cuaderno de campo —dijo AURORA—. Pero es un poco difícil de dibujar.
— ¡Qué va! Es muy fácil. Mira: el petirrojo es una bola un poco alargada con un piquito pequeñín, luego dibujas el ojo,  el ala, la cola y las patas. Cuando lo colorees no te olvides de que tiene el pecho rojo —les aconsejó Antonio.
— ¡Ah! Pues así no me parece tan complicado —Y se puso a dibujar más animada.

El día había transcurrido rápidamente entre exploraciones, descubrimientos y dibujos. Los agentes del Comando Lobo estaban muy satisfechos del trabajo realizado y se enseñaban unos a otros el cuaderno de campo. Habían identificado: al erizo moruno, la culebra bastarda, al caracol Hellicela stiparum , aves esteparias como el sisón, la ortega y el alcaraván...  En cuanto a la flora, habían fichado arbustos como el lentisco, el palmito, el esparto y plantas endémicas como la siempreviva de Mojácar, la aulaga mora, el gordolobo, la clavellina, el cardo de Cabo de Gata y muchas otras.


—Señorita, si encontramos una foto de animal o planta en una revista o periódico, también, podríamos pegarla en el cuaderno de campo y poner su nombre, ¿verdad? —preguntó TAREK.
—Claro que sí. Es tu cuaderno, colecciona todo lo que quieras.
—Seño, no te enfades, pero creo que esta será mi libreta favorita, ni la de mates ni la de lengua me gustan tanto —confesó JULIA.
—Conque esas tenemos, ¿eh? —preguntó Cristina haciéndose la ofendida. Luego sonrió y dijo—: Me parece estupendo. La verdad es que habéis estudiado como nunca. Estoy muy contenta.
—Claro, es que estas clases en el campo son más… —CAROLINA fruncía el ceño buscando una palabra adecuada—, son más aprenditivas o, mejor, aprendivers.
— ¿Qué es eso de aprenditivas y aprendivers?  Esas palabras no existen —protestó IKER.
—Bueno, antes no existían, pero ahora sí porque yo me las acabo de inventar. Aprenditivas serían clases en las que se aprende mucho, aunque me gusta más aprendivers porque en esas se aprende de forma diver, ya sabes: diver de divertidas.
— ¡Ah, pues es un invento interesante! Estás muy creativa hoy —exclamó Cristina riendo—. ¿Qué os parece si ahora jugamos un rato? Vamos a imitar a los animales. A ver quién se mueve como la lagartija colirroja o como la alondra ricotí o como el caracol. No valen caracoles con motor turbo que os conozco, ¿eh?
Corrieron, reptaron, cantaron, volaron… y, cuando al final de la tarde, subieron al autobús para regresar al colegio estaban cansadísimos, pero contentos porque se lo habían pasado en grande.


Corro como una lagartija, soy un caracol, vuelo como un petirrojo

—Seño, es verdad lo que has dicho esta mañana: fuera de clase hay un mundo por descubrir. No sé si me cabrá entero en un cuaderno de campo, creo que necesitaré más de uno —musitó BLANCA antes de cerrar los ojos y quedarse dormida como el resto de sus compañeros.
Estoy segura de que todos los agentes especiales del Comando Lobo soñarán con curiosas alondras, extrañas flores, simpáticos petirrojos y lagartijas traviesas.


Cuaderno de campo de Antonio Pulido

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1 comentario:

  1. Hola Milano, este comando lobo, me ha cautivado, me llega tanto el lugar la felicidad de los niños en el descubrimiento. No se si te conté que soy bióloga y mis comienzos en el aprendizaje de la vida como profesional fue junto a niños, era educadora ambiental en una granja escuela, qué recuerdos, con ellos aprendí tanto, y fueron mis pilares para trabajar con la formación con los adultos. Y de Cabo de Gata qué contarte que me fascina. He ido muchas veces y tengo muchas fotos, lo tengo pendiente de hacer en el blog. Ha sido muy interesante descubrir todos tus blogs. Un abrazo

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